DESARROLLO Y ETAPA DEL HOMBRE COMUNITARIO.

ETAPA DEL HOMBRE COMUNITARIO.


Los arqueólogos reconocen que en la etapa donde el hombre comunitario comienza a dedicarse a la agricultura y ganadería “surge una nueva técnica para trabajar la piedra: pulimento, perforación y aserramiento. El pulimento se efectuaba sobre losa gris, sobre la que se vertía arena La perforación se realizaba por medio de barreras de sílex o de tubos (tallos de juncos resistentes o huesos huecos) que se hacían girar al principio a mano, y posteriormente con ayuda de una cuerda de arco, vertiendo arena húmeda bajo la punta de la barrena”.
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Resulta de importancia reconocer que el proceso de pulimentar, perforar y aserrar la piedra, trajo consigo, la necesidad de perfeccionar las herramientas de trabajo y de identificar otros materiales cuyas propiedades mecánicas les permitieran llevar a cabo los referidos procesos tecnológicos.

Por otro lado, en esta época se edificaron también tiendas de pértigas, que en las zonas templadas se recubrían de pieles y cortezas de abedul y en el trópico con hojas de palmas.

En las zonas templadas se construyeron además otros tipos de casas, las mismas se caracterizaron por tener paredes encañizadas que eran recubiertas con una mezcla de arcilla y estiércol y los techos se construían inclinados para que escurriera el agua de lluvia.

Los descubrimientos arqueológicos que datan de esta época demostraron que en la península balcánica se construía con adobe y en la Isla de Creta, con bloques de piedra; allí el techo era plano para poder recoger las aguas de las lluvias y no evacuarlas.

Otras cuestiones constructivas que caracterizaron la segunda etapa de la comunidad primitiva, fueron las construcciones de gigantescas casas que servían para abrigar centenares de personas. Estas viviendas tenían trazados circulares o rectangulares, y llegaron a alcanzar hasta treinta y cinco metros de largo y sus paredes eran de cañizas sostenidas por troncos de madera. Se destaca además, como un elemento urbanístico, la construcción de aldeas donde se ejecutaban varias casas alrededor de una plaza central.

Llegado a este punto del análisis resulta de interés destacar, que el adobe como material de la construcción para la ejecución de las viviendas no era obtenido directamente de la naturaleza por los habitantes de esta época, dado a que el adobe lo fabricaban estos constructores a partir de una mezcla de un suelo predominantemente arcilloso y de estiércol de animales.

Lo interesante de esta reflexión radica en que hay que aceptar, que aunque de manera muy incipiente, para la realización de la técnica del adobe los hombres tuvieron que evidenciar competencias profesionales relacionadas con: la selección e identificación de los materiales idóneos para este fin y la dosificación y mezcla de los mismos.


Estas nuevas reflexiones ponen al descubierto, como el pensar y el quehacer constructivo de la segunda etapa, fue adecuándose a las condiciones particulares de las zonas geográficas donde habitaron los hombres de esta época. Por un lado, se tiene que en aquellas zonas donde las precipitaciones eran abundantes el trazado de las cubiertas de las viviendas era inclinado para evitar el efecto nocivo de las lluvias; sin embargo, en las regiones con escasas precipitaciones las cubiertas se construían planas para hacer un aprovechamiento de estas.

Se incorpora al análisis, que tanto las formas de las viviendas, como los materiales empleados para su construcción respondieron a las características de convivencia de estos seres y a las posibilidades que brindaba la naturaleza en las diferentes latitudes geográficas para la selección de los materiales de la construcción y herramientas de trabajo.

En este período de la historia la unidad social fundamental era el clan materno, y la agricultura y la alfarería dieron mayor importancia al papel económico de la mujer, determinando con ello una materialización evidente de la división social del trabajo a partir del elemento sexo.

Cuando el régimen de clanes llegó a su apogeo, se dieron guerras realmente sangrientas entre las tribus. Esta razón determinó que alrededor de las aldeas de los clanes se construyeran fortificaciones primitivas – se levantaran empalizadas de troncos, o sencillamente asentaban sus aldeas en lugares topo-gráficamente poco accesibles.

Por otra parte, las largas marchas por las estepas y bosques, en busca de buenas piezas para la caza o sencillamente por la necesidad que presentaban los hombres de trasladar sus residencias; le obligaron a orientarse por las estrellas y por consiguiente, a conservar en la memoria el mapa celeste. Posteriormente estos hombres aprenden a representar sobre la arena y corteza de los árboles mapas rudimentarios.

Como consecuencia de la aparición de estos mapas y de las pictografías, los hombres desarrollan su pensamiento abstracto y aprenden a decorar sus moradas, instrumentos y objetos de trabajo.


De esta manera “La experiencia en materia de producción y los gérmenes de conocimientos científicos del clan o tribu se transmiten a la nueva generación por medio de la educación. Bajo el régimen de clanes, hasta la educación reviste carácter público: niños y niñas se hallan bajo la vigilancia de todos sus mayores. Los niños se hacen pronto independientes y empiezan en edad temprana a participar en la actividad productiva del clan. La experiencia adquirida en los diferentes trabajos, el entrenamiento y la higiene, los gérmenes de conocimientos científicos y las tradiciones del clan, tales son los elementos educativos en la sociedad primitiva”.

En otras palabras, la transmisión de los saberes profesionales – en esta época – por parte de las generaciones mayores a las jóvenes, se realizaba directamente en la actividad laboral; sin embargo, y a pesar de que el conocimiento asimilado no era científico, no cabe ninguna duda que en materia de construcciones y de las competencias profesionales que se requieren para ejecutar estas, el hombre aunque muy lentamente, evolucionó considerablemente desde la etapa donde su actividad económica era la caza y recolección, a la etapa en que se dedicó a la agricultura y ganadería.

También en esta etapa, y por necesidad de desarrollar la agricultura, se construyen canales para conducir el agua hasta los sembrados, surgiendo así las primeras obras hidráulicas y la necesidad de potenciar el desarrollo de competencias profesionales para tales propósitos a partir de los procesos educativos que caracterizaban a estos clanes.

El matriarcado da paso a otra forma de organización de la sociedad primitiva, el patriarcado y con ella se origina el descubrimiento del bronce. Al igual que el cobre, el bronce no pudo sustituir a la piedra como material utilizado por excelencia por el hombre para diferentes fines y entre ellos el constructivo.

A pesar de la prevalencia del uso de la piedra como material de la construcción en esta etapa, el descubrimiento del cobre influyó notablemente en la construcción, y más específicamente en las obras a base de estructuras de madera, pues se elaboraron clavos con los cuales los carpinteros podían construir casas sólidas uniendo sus elementos con este material.


Este detalle constructivo, o sea la posibilidad de utilizar el clavo como dispositivo para unir elementos constructivos de madera, precisa la creación de nuevas herramientas para ejecutar el proceso de clavado, lo cual posteriormente incide en el perfeccionamiento de las competencias profesionales de los carpinteros para ejecutar estas obras.

Dando continuidad al análisis histórico, se destaca que cuando el II milenio a.n.e toca a su fin, es que se descubre el hierro. El hierro como material posibilitó: mejorar los medios y herramientas de trabajo, perfeccionar las técnicas de labrado de las piedras, aumentar considerablemente las producciones agrícolas y con ello la construcción de cobertizos para el almacenamiento de provisiones y mejorar la arquitectura de las obras.

Finalmente y como resultado del análisis realizado, surge la posibilidad de expresar a manera de síntesis algunas ideas confirmadoras, que desde una época tan remota como es el caso de la comunidad primitiva emergen experiencias histórico – profesionales, que además de realizar una valiosa contribución a la cultura de la humanidad, facilitan la comprensión de la evolución histórica del proceso de formación de competencias profesionales para el sector de la construcción.

Por lo tanto, la forma en que se manifestó el accionar constructivo comunitario reveló que:

Las competencias profesionales del constructor manifiestan un carácter histórico social, por constituir estas expresiones de las necesidades que manifiesta la sociedad humana desde el punto de vista constructivo en un momento histórico y en un contexto geográfico concreto.

Entre las principales formas de actividad económica que caracterizaron a la comunidad primitiva y el accionar constructivo del hombre comunitario se da una relación dialéctica que incide directamente en el proceso germinativo de las competencias profesionales de este sector de la producción material.

Las jóvenes generaciones de constructores adquieren y desarrollan sus saberes constructivos directamente en la actividad laboral bajo la tutoría educativa de sus mayores.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Martí, J: La Edad de Oro. Editorial Gente Nueva. La Habana Cuba, 1985.
Moreira De Lima, M: La evolución del hombre y la sociedad comunitaria en la antigüedad. Editorial Félix Varela. La Habana 2000.
Engels, F: El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. Obras Escogidas en Dos Tomos. Tomo – II. Ediciones en
Lenguas Extranjeras. Moscú. 1965.
Kajdan, A y Nikolski, N: Historia de la Antigüedad. Sociedad Primitiva y Oriente. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. 1973, p - 31
Kajdan, A y Nikolski, N: Historia de la Antigüedad. Sociedad Primitiva y
Oriente. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. 1973, p – 47.

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